El cartílago es un tejido especial, sin riego sanguíneo, diseñado para soportar la carga y la fricción a la que se ven sometidas las articulaciones. Las lesiones del cartílago, que ocurren hasta en el 12% de la población, exponen el hueso con el roce directo producido por el movimiento articular. Esto desencadena dolor y limita el movimiento de las articulaciones afectadas.
El problema del cartílago es que no se regenera por si sólo (como el hueso) y no es fácil de suplir (como los ligamentos). O al menos, no lo era hasta fechas recientes.
Hasta el 12% de la población sufre lesiones de cartílago
En lesiones circunscritas, de pequeño tamaño (<1x1cm) se pueden realizar microperforaciones (pequeños agujeros) en el hueso que permiten la llegada de sangre y fibroblastos al cartílago, posibilitando la formación de un cartílago de reparación. Sin embargo, esta estrategia falla cuando las lesiones del cartílago aumentan de tamaño o afectan de modo difuso al mismo. Para este tipo de lesiones se realiza el implante de condrocitos autólogos (ICC).